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martes, 27 de marzo de 2012

Viajeros con sueños e ilusiones

Sorprende, el observar como día tras día, se presentan casos como el que a continuación veremos, en una zona urbana del puerto turístico de Mazatlán Sinaloa, en pleno siglo XXI. Todo el suceso se presenta en el cruce del ferrocarril, a la altura de la avenida Múnich, hoy Juan Pablo II en la colonia Salvador Allende. En pleno crucero de la vía del tren, situada en la mencionada colonia, se pueden observar alrededor de una decena de personas como mínimo, que diariamente se encuentran sentadas sobre las filosas piedras frente al arrollo jabalines, que lucen con un rostro desolador y despavorido; todos poseen las mismas características, caras muy tristes, algunos al punto del llanto, percudidos, ya que llevan días, incluso, hasta semanas sin poder bañarse; hombres, mujeres, sin dejar de mencionar niños, se encuentran pasando por situaciones muy similares, al decir situaciones, hago referencia a la falta de recursos económicos para su supervivencia en sus lugares de origen. Estas personas de las que hablo son los “trampas”.
Sabes ¿quiénes son los trampas? Son las personas que emigran desde su lugar de origen hacia otro país o destino con la finalidad y objetivo de obtener un mayor ingreso económico y por consecuente brindarles un mejor nivel de vida a sus respectivas familias. La mayoría de estas personas que se pueden observar aquí en Mazatlán, son del centro de América, principalmente de países como: Guatemala, el Salvador y Honduras, sin dejar de mencionar, que entre estos grupos se encuentran también inmiscuidos algunos mexicanos.
 Estas personas tienen un trayecto demasiado largo y un viaje muy pesado,  largo en cuanto a distancia y pesado, en cuanto a dificultades y complicaciones antes, durante y después de su viaje. Los “trampas” salen desde sus respectivos lugares de origen, con la ilusión en mente y la meta de poder llegar  al país de la “riqueza” como ellos le llaman a Estados Unidos. La mayoría realizan su travesía con los bolsillos casi vacios y el medio de transporte que estas personas utilizan de manera gratuita es el “tren”. Desde su respectivo lugar procedente, abordan el tren para así ahorrarse unos cuantos pesos y con eso comprar comida para su viaje.
Cuando los “trampitas”, como  mejormente son conocidos, llegan a Mazatlán, deciden hacer escala en varios puntos, uno de ellos es en el arrollo jabalines a altura de la colonia Salvador Allende, el motivo por el que ellos escogen este arrollo, es para así poder satisfacer algunas de sus necesidades primordiales como: bañarse, lavar ropa y comer.

Vecinos de la colonia Salvador Allende mencionan, que se puede observar por las calles cercanas a las vías del ferrocarril, a los “trampas”,  que acuden casa por casa a pedir un poco de comida “un taco” como ellos dicen, cobijas, ropa, sin dejar de mencionar que piden agua para beber sin importar que no sea potable. “¡Ellos no hacen daño, tan sólo son personas con sueños y deseos de superarse económicamente mediante un trabajo honrado y digno!”, dicen algunos de los colonos de la Allende.

Los miembros policiacos se presentan a hacer acto de presencia y ejercer su autoridad, cuando los “trampitas” salen por las calles y avenidas a pedir su alimento, tratándoles de una manera muy humillante, prepotente y déspota. A bordo de patrullas,  se inicia la persecución como si fueran unos viles delincuentes, enseguida que llegan a ellos, los humillan de tal manera, que los insultan diciéndoles palabras altisonantes y en algunas ocasiones los introducen a sus patrullas desconociendo el lugar hacia donde los llevan, lo único que podemos saber es que a los “trampitas se los llevó la policía”. Entre estos grupos de personas, se pueden observar a gente de todo tipo, hombres en compañía de sus mascotas (perros) , demostrando y confirmando que en esas circunstancias el perro es el mejor amigo del hombre; mujeres, personas de edad avanzada, niños, bebes y ¿por qué no? uno que otro homosexual demostrando que la equidad de género no está obsoleta, son las personas que se encuentran entre los “turistas” ilegales que visitan nuestro puerto.  
Lo inevitable
Los trampas en su travesía, enfrentan muchísimos peligros y complicaciones, eventos inesperados, a tal grado que hasta llegan a perder la vida, cuando ellos transbordan de un tren a otro en movimiento, corren el riesgo de la morir al deslizarse y morir aplastados por el mismo tren. Otra de las dificultades que ellos enfrentan, es que son victima de la delincuencia, ya que mencionan que durante su paso por México, son asaltados, golpeados y en el caso de las mujeres, se han presentado casos de violación. Es muy triste observar que a la llegada de estas personas a Mazatlán son recibidos de una forma muy indiferente y cruel, algunos de ellos, comparten, que han sido agredidos  con piedras, por vecinos de algunas colonias. La diversidad de pensamientos respecto a estas personas es muy controvertida, ya que algunas personas los apoyan brindándoles ayuda y por el contrario, otras los discriminan y los maltratan.

Tenemos que demostrar de qué estamos hechos, tenemos que demostrar que los mazatlecos somos gente cálida, que aun tenemos buenos sentimientos y sobre todo, mostrar la educación que se nos ha sido inculcada poniéndola en práctica con estas personas que no  hacen daño alguno a la sociedad, el único delito que cometen ellos, es pasar por nuestro país de manera ilegal y tratar de sobrevivir pidiendo un poco de comida, agua y en algunas ocasiones dinero. Es nuestra decisión si nos ponemos la camiseta y les brindamos ayuda, pero algo que no tiene precio, será muy valioso y de gran ayuda, es el brindarles respeto, el tratarlos como seres humanos, porque eso son, personas igual que nosotros que solo están de visita por nuestro país, con la ilusión en mente y esperanza en sus corazones de llegar al país vecino, conseguir un trabajo honrado como ellos dicen y conseguir unas monedas que ayuden a sus respectivas familias.

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