“Es fácil tomar decisiones cuando las reglas no se aplican a uno. Ningún miembro del gobierno tiene que preocuparse por su atención medica”.
(Charles Von Ravenswaay)
5:00 am suena el despertador, ¡arriba, ya es hora!, me dice mi abuelo Socorro, quien a sus 84 años sigue conservando un espíritu y una energía que muchos jóvenes incluyéndome, quisiéramos tener. Bajo los efectos de un delicioso café, nos dispusimos marcharnos rumbo al IMSS (Dr. Héctor Gonzales Guevara). Desde el primer momento en que pones un pie dentro de ese nosocomio, se puede apreciar y por consecuente predisponer, que tan concurridas estarán las instalaciones y solicitados estarán los servicios por ese día en el IMSS, y más cuando cometes el error de ir en lunes, que es unos de los días en que mayor afluencia de usuarios hay.
Para nuestra mala suerte, llegamos tarde, 6:00 am. La cantidad de pacientes para el consultorio al que nos dirigíamos ya rebasaba los límites, 10 pacientes por día, y en ese momento eran 12 pacientes incluyendo al abuelo. El vigilante de esa área nos dio acceso para poder entrar a los respectivos consultorios, apoyándose de mi brazo y con un ánimo sorprendente, Socorro, se dispone a tomar asiento para permanecer por dos horas en espera de la asistente del médico y que ella nos confirmara si nos atenderían o deberíamos presentarnos en otra ocasión, debido a la gran cantidad de pacientes que nos encontrábamos presentes; dos largas horas que parecían eternas, pero entre platicas y puntos de vista de los derechohabientes se vuelven amenas, es tanto el tiempo de espera que terminas por empatizar e incluso hasta amistades surgen en ese espacio. Las temáticas de mayor interés que surgen en ese lapso de tiempo e inclusive hasta genera debates, es el mal servicio que se brinda en esa institución, a qué me refiero con mal servicio, por mencionar: a las enormes filas que tienen que hacer los derechohabientes para recibir su medicamento debido a la falta de personal que hay en el área de farmacia, la falta de interés por parte de algunos médicos al momento de la realización de la consulta, el lento servicio que caracteriza al área de urgencias, las instalaciones consideradas como insalubres en lo que respecta a los baños por la falta de aseo e higiene, entre muchas otras quejas y malos anécdotas que salieron a relucir en la charla.
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A falta de sillas, ¡escaleras! |
Con un rostro de asombro por la gran cantidad de pacientes que había en día lunes, aflojerada y aun con sueño, por fin llegó la asistente del médico, diciendo que ella nos recomendaba que acudiéramos a consulta en otra ocasión con previa cita por que por ese día ya no había cupo para nosotros; no puedo negar que el coraje y la impotencia me embargó y pensé ¡paciencia y tolerancia! son algunos de los muchos valores que se tienen que poner en práctica como usuarios del IMSS para lograr no perder los estribos. Pero no todo fue tan malo como parece, por esa ocasión, tuvimos suerte el abuelo y yo, un joven se solidarizó con nosotros, cediendo su turno al abuelo, quedando con el joven muy agradecidos por el acto de solidaridad que tuvo hacia nosotros.
10:30 am, la hora había llegado, es el momento del turno de Socorro, exactamente 10 minutos permaneció en consulta, en tan sólo 10 minutos le recetaron buena cantidad de medicamentos. Es sorprendente como en tan poco tiempo logran hacer una revisión general del paciente, diagnosticar y recetar, esto forma parte de las maravillas del IMSS, todo el procedimiento esta mecanizado para que sea el paciente atendido a la mayor brevedad posible y así el paciente que sigue y el que sigue.
El terrible momento había llegado, todos los usuarios le temen a lo mismo, la hora de la entrega del medicamento. La farmacia de la planta baja del IMSS cuenta exactamente con tres personas quienes son los responsables de abastecer a la gran cantidad de pacientes que esperan impacientes por su medicina. Por más de una hora y media permanecimos el abuelo y yo haciendo una larga fila. La metodología que implemente la institución son dos filas, una fila para los pacientes regulares y la otra para los pacientes de la tercera edad, ¿quizás se puedan imaginar que fuimos participes de la segunda opción verdad? Pues no fue así, ya que la fila para adultos mayores se deformó por que la persona que es la encargada de surtir esa fila, tuvo que salir “de emergencia” a desayunar y mientras tanto las personas que nos encontrábamos en ella, tuvimos que hacer una sola fila. Las piernas nos punzaban y con mayor razón a los ancianos y sin embargo teníamos que permanecer ahí, presentes, al pie del cañón, en espera de las medicinas, que sin ellas, no tendría razón alguna el haber acudido a la consulta.
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Y esto es todos los días... |
Uno de los motivos por el cual están molestos los usuarios del nosocomio no es por el hecho de tener que hacer filas, es inevitable poder evitar este proceso, es parte de, hasta en las tortillas hacemos largas filas mencionan, la inconformidad es como una institución tan concurrida por los mazatlecos tiene solo a tres personas en el área de farmacia para que ellos abastezcan del medicamento. “Están faltos de personal, que contraten gente nueva, por eso pagamos seguro” son algunos de los tantos comentarios que se escuchan mientras la espera continuaba.
A través de este medio, me atrevo a hacerle la invitación al señor Armando Félix Ortiz quien es director de esa institución a darle el oportuno enfoque y tomarle la debida importancia a esta problemática y carestía de buen servicio, ya que en declaraciones pasadas a algunos medios de comunicación de la localidad, se ha comprometido en la mejoría del servicio brindado a los ciudadanos y esto aun no se ve reflejado en el área de la farmacia.
quien escribio esto?
ResponderEliminarcuando lei el titulo me transportaste a aquellos dias en los que solia ir al seguro, y si, que seria de mexico sin las filas? xD
aver si con el peje mejora xD
Lo escribió Adriana, qué bueno que te haya gustado ;D.
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