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Las mentiras, o cómo mentir y no morir en el intento

La historia de la tía mitómana de mi amigo, es una que merece ser contada.

Universitarios "demuestran amor" a EPN

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El Debate presidencial

¿Quién ganó el debate presidencial 2012?

martes, 27 de marzo de 2012

Viajeros con sueños e ilusiones

Sorprende, el observar como día tras día, se presentan casos como el que a continuación veremos, en una zona urbana del puerto turístico de Mazatlán Sinaloa, en pleno siglo XXI. Todo el suceso se presenta en el cruce del ferrocarril, a la altura de la avenida Múnich, hoy Juan Pablo II en la colonia Salvador Allende. En pleno crucero de la vía del tren, situada en la mencionada colonia, se pueden observar alrededor de una decena de personas como mínimo, que diariamente se encuentran sentadas sobre las filosas piedras frente al arrollo jabalines, que lucen con un rostro desolador y despavorido; todos poseen las mismas características, caras muy tristes, algunos al punto del llanto, percudidos, ya que llevan días, incluso, hasta semanas sin poder bañarse; hombres, mujeres, sin dejar de mencionar niños, se encuentran pasando por situaciones muy similares, al decir situaciones, hago referencia a la falta de recursos económicos para su supervivencia en sus lugares de origen. Estas personas de las que hablo son los “trampas”.
Sabes ¿quiénes son los trampas? Son las personas que emigran desde su lugar de origen hacia otro país o destino con la finalidad y objetivo de obtener un mayor ingreso económico y por consecuente brindarles un mejor nivel de vida a sus respectivas familias. La mayoría de estas personas que se pueden observar aquí en Mazatlán, son del centro de América, principalmente de países como: Guatemala, el Salvador y Honduras, sin dejar de mencionar, que entre estos grupos se encuentran también inmiscuidos algunos mexicanos.
 Estas personas tienen un trayecto demasiado largo y un viaje muy pesado,  largo en cuanto a distancia y pesado, en cuanto a dificultades y complicaciones antes, durante y después de su viaje. Los “trampas” salen desde sus respectivos lugares de origen, con la ilusión en mente y la meta de poder llegar  al país de la “riqueza” como ellos le llaman a Estados Unidos. La mayoría realizan su travesía con los bolsillos casi vacios y el medio de transporte que estas personas utilizan de manera gratuita es el “tren”. Desde su respectivo lugar procedente, abordan el tren para así ahorrarse unos cuantos pesos y con eso comprar comida para su viaje.
Cuando los “trampitas”, como  mejormente son conocidos, llegan a Mazatlán, deciden hacer escala en varios puntos, uno de ellos es en el arrollo jabalines a altura de la colonia Salvador Allende, el motivo por el que ellos escogen este arrollo, es para así poder satisfacer algunas de sus necesidades primordiales como: bañarse, lavar ropa y comer.

Vecinos de la colonia Salvador Allende mencionan, que se puede observar por las calles cercanas a las vías del ferrocarril, a los “trampas”,  que acuden casa por casa a pedir un poco de comida “un taco” como ellos dicen, cobijas, ropa, sin dejar de mencionar que piden agua para beber sin importar que no sea potable. “¡Ellos no hacen daño, tan sólo son personas con sueños y deseos de superarse económicamente mediante un trabajo honrado y digno!”, dicen algunos de los colonos de la Allende.

Los miembros policiacos se presentan a hacer acto de presencia y ejercer su autoridad, cuando los “trampitas” salen por las calles y avenidas a pedir su alimento, tratándoles de una manera muy humillante, prepotente y déspota. A bordo de patrullas,  se inicia la persecución como si fueran unos viles delincuentes, enseguida que llegan a ellos, los humillan de tal manera, que los insultan diciéndoles palabras altisonantes y en algunas ocasiones los introducen a sus patrullas desconociendo el lugar hacia donde los llevan, lo único que podemos saber es que a los “trampitas se los llevó la policía”. Entre estos grupos de personas, se pueden observar a gente de todo tipo, hombres en compañía de sus mascotas (perros) , demostrando y confirmando que en esas circunstancias el perro es el mejor amigo del hombre; mujeres, personas de edad avanzada, niños, bebes y ¿por qué no? uno que otro homosexual demostrando que la equidad de género no está obsoleta, son las personas que se encuentran entre los “turistas” ilegales que visitan nuestro puerto.  
Lo inevitable
Los trampas en su travesía, enfrentan muchísimos peligros y complicaciones, eventos inesperados, a tal grado que hasta llegan a perder la vida, cuando ellos transbordan de un tren a otro en movimiento, corren el riesgo de la morir al deslizarse y morir aplastados por el mismo tren. Otra de las dificultades que ellos enfrentan, es que son victima de la delincuencia, ya que mencionan que durante su paso por México, son asaltados, golpeados y en el caso de las mujeres, se han presentado casos de violación. Es muy triste observar que a la llegada de estas personas a Mazatlán son recibidos de una forma muy indiferente y cruel, algunos de ellos, comparten, que han sido agredidos  con piedras, por vecinos de algunas colonias. La diversidad de pensamientos respecto a estas personas es muy controvertida, ya que algunas personas los apoyan brindándoles ayuda y por el contrario, otras los discriminan y los maltratan.

Tenemos que demostrar de qué estamos hechos, tenemos que demostrar que los mazatlecos somos gente cálida, que aun tenemos buenos sentimientos y sobre todo, mostrar la educación que se nos ha sido inculcada poniéndola en práctica con estas personas que no  hacen daño alguno a la sociedad, el único delito que cometen ellos, es pasar por nuestro país de manera ilegal y tratar de sobrevivir pidiendo un poco de comida, agua y en algunas ocasiones dinero. Es nuestra decisión si nos ponemos la camiseta y les brindamos ayuda, pero algo que no tiene precio, será muy valioso y de gran ayuda, es el brindarles respeto, el tratarlos como seres humanos, porque eso son, personas igual que nosotros que solo están de visita por nuestro país, con la ilusión en mente y esperanza en sus corazones de llegar al país vecino, conseguir un trabajo honrado como ellos dicen y conseguir unas monedas que ayuden a sus respectivas familias.

De fantoches y ladrones


¿Verdad que se parece al Emperador Palpatine de Star Wars?
Después de un fin de semana quizás “histórico” para nuestro país, pensaba escribir sobre la venida del Papa a México, créanme, realmente pensaba hacerlo, pero para escribir sobre lo increíblemente irónico que resulta que un estado supuestamente laico tenga que financiar una venida que costó cerca de 75 millones de pesos, que nuestro jefe de estado (léase Felipe Calderón Hinojosa) y los candidatos a la presidencia se hayan prestado para recibir con honores a un clérigo (sí, el más importante de la iglesia católica en todo el mundo, pero un clérigo al fin de cuentas. Y en un estado laico), que a pesar de venir a pregonar la paz y el amor al prójimo, se les haya pedido amablemente a todos los vendedores ambulantes, indigentes, músicos y otros personajes retirarse del centro de León, bueno, para todo eso, ya tienen a muchos críticos, analistas y blogueros hablando del tema.

     ¿Pero es únicamente por eso que no pienso escribir? No mi querido lector, es por algo mucho más importante que llegó a los ojos de este joven atribulado. La noche de ayer, platicando con un amigo escritor, me contó su trágica historia de cómo descubrió que un bloguero de otro país había estado plagiando todos sus textos y publicándolos en su blog. ¿Y cómo esto puede ser más importante que la venida del Papa? Fácil. El plagio, para cualquier artista es un delito innombrable, para un escritor resulta una ofensa enorme a nuestra fuente de trabajo.


     Y es que una de las tantas cosas que más odio en este mundo es el plagio. Quizás porque mi padre me metió en la cabeza toda mi vida que es de personas sin cerebro y que jamás debería hacerlo, pero me pone de muy mal humor. Aparte de no encontrarle sentido alguno, la impotencia y rabia que provoca ver todo tu trabajo siendo robado por otra persona es una experiencia por la que nadie debería pasar.

     Empecemos por lo más obvio. Viene una persona que se siente fascinada por tu trabajo. Le gusta tantísimo que le resulta imposible sentirse bien ante ello, puesto que se siente incapaz de llegar a eso (o simplemente porque le da flojera intentarlo). Le gusta tanto que decide hacer una copia, ya sea algo discreta o muy llamativa. Consigue plagiar tu trabajo y exhibirlo como si fuera suyo. Recibe halagos, maravillosas palabras y sentimientos de esas personas, y eso le da pie a seguir cogiendo trabajos de otras personas que le encantan. Sigue su camino y, cuando le atrapan, se escuda en la famosa excusa de “no eres fantástico, todo el mundo puede hacer esto”, como si eso lo justificara todo.

     ¿Qué consigue realmente esta persona?, ¿halagos?, ¿seguidores?, siendo sinceros, ¿de qué nos sirve recibir maravillas por algo que no has hecho tú sino otra persona? No tienes mérito alguno, no ha salido de ti, sino de su creador, y por tanto todos esos halagos pasarían a la otra persona. Es decir, ¿cómo le harán el día que deban hacer algo por ellos mismos?, ¿buscarán por toda la red algo que copiar?, ¿basarán y basarán sus vidas en el robo?

     Partamos de una premisa milenaria: robar es delito. Si añadimos el plagiar textos hablamos también de violar derechos de autor. Porque señores, la ley dice que en el mismo momento que un autor escribe una obra se le otorga el Derecho de Autor, que le concede la autoría legítima de dicha obra, así como el beneficio a la hora de ser divulgada con intención de lucro.

     Y aquí es donde llega mi confusión. ¿Qué ganan con esto?, ¿atención, afán de protagonismo, halagos?, ¿premios y seguidores fieles?, ¿compañeros que le repiten cada día lo maravillosos que son? De ser así, sigo sin comprenderlo. ¡Ellos no son los autores! Aunque copien la trama de un texto o elementos de ellos, ¡siguen sin ser originales! Y para mí y muchos autores, publicados y no publicados, no hay nada mejor que la originalidad. Escribir textos propios que se gesten en nuestras cabezas para después darles vida a través de papel. Ver crecer nuestras ideas; el orgullo de terminar algo salido de nosotros, como el aire que expulsamos, la saliva, la sangre. La vida. Cada vez que escribimos algo propio estamos creando mundos y vidas, liberamos una parte de nosotros. ¿Por qué hay gente que es incapaz de verlo? ¿De sentirlo?


     Si no sirves para escribir, no escribas. Pero evita robar lo que no es tuyo. Plagiar textos, historias o ideas, no te hace escritor, y cualquier halago recibido por el trabajo de otro no es más que una actitud mediocre que te hace ser mezquino. Es como el que quiere ser pintor y sólo sabe poner el folio encima de un dibujo para copiarlo, hacerle un par de retoques y difundirlo como original.

     Por favor, es mejor escribir algo horrible siendo propio, que tomar lo que no es tuyo. A nadie le gusta que nos roben lo que es nuestro, lo que tanto nos cuesta sacar adelante, así que respeta al autor y su obra como si fueran animales en extinción. Porque algún día podrías ser tú a quien despojen de su trabajo, y seguramente lo odiarás.

martes, 20 de marzo de 2012

En víspera de la “Semana Mayor”

Los fieles mazatlecos esperan con ansias la llegada de la “semana grande” o semana santa; a tan solo 15 días nos encontramos de la tan esperada celebración de la redención de Cristo, “quien por su infinita misericordia y amor al hombre, decide libremente tomar nuestro lugar y recibir el castigo merecido por nuestros pecados”.


Para esta solemnidad, la Iglesia hace una invitación dirigida a todos sus fieles mazatlecos y a los que no lo son también, para unirse al recogimiento interior, haciendo un alto en las labores cotidianas con el objetivo de contemplar detenidamente el misterio pascual, mostrándonos como fieles activos y no con una actitud pasiva a la fecha, sino con el corazón dispuesto a volver a Dios, “con el ímpetu de lograr un verdadero dolor de nuestros pecados y un sincero propósito de enmienda para corresponder a todas las gracias obtenidas por Jesucristo”; Para los cristianos, la semana santa no es el recuerdo de un hecho histórico cualquiera, es la contemplación del amor de Dios que permite el sacrificio de su Hijo, el dolor de ver a Jesús crucificado, la esperanza de ver a Cristo que vuelve a la vida y el júbilo de su Resurrección.

La realidad
Dejando a un lado el significado eucarístico que los fieles cristianos le dan a semana santa, pasemos a  la realidad, el significado  que le dan los mazatlecos que no son no tan apegados a esta peregrinación y toman estas fechas como sinónimos de fiesta y arguende.


Si bien es cierto, las iglesias mazatlecas son concurridas durante la semana mayor y la semana de pascua, pero qué decimos de las playas mazatlecas y la ocupación hotelera en la ciudad están en repunte durante estas dos semanas. Gracias al sentido que le damos los mexicanos a estas fechas y el aludir semana santa es decir “vámonos de vacaciones” o “vámonos de fiesta esta noche”, es como el puerto turístico de Mazatlán año con año se encuentra dentro de los primeros 5 lugares a nivel nacional hablando de ocupación hotelera; y qué decir de las derramas económicas que dejan los turistas en el puerto que gracias a ello, los empresarios y comerciantes se miran beneficiados. Desde los primeros días del inicio del periodo vacacional, se vuelve a vivir un ambiente “carnestolendo”. Los lugares más concurridos a donde acuden los fieles cristianos a conmemorar su fe, es a las principales playas y antros del puerto.
 El malecón y las principales avenidas de la zona dorada tienen mucho auge por  turistas extranjeros y nacionales e inclusive por esas fechas los habitantes locales pasamos a ser turistas del puerto donde vivimos por todo el año; los pinos, playa norte, cerritos, playa venados, son algunas de las playas que mas afluencia de visitantes tienen durante este periodo de “contemplación de Cristo”. Durante 15 días Mazatlán abre sus puertas a los visitantes para abrigarlos durante su estancia, brindando una serie de actividades y eventos, y no es precisamente celebraciones eclesiásticas, me refiero a la conmemoración del aniversario de la semana internacional de la moto, que es uno de los eventos  detonantes para que haya una buena derrama económica en el puerto. Mientras una módica cantidad de personas se encuentra en algunas de las iglesias, la mayoría se encuentra siendo participe de la multitud que se encuentran en las playas; desde el malecón, si haces un recorrido con la mirada, se puede apreciar de valentinos hasta la playa norte, que la arena pasa a ser segundo, tercero o ultimo termino en el panorama, para pasar a ser sustituida por los colores chillantes que caracterizan a los diminutos trajes de baños que usan los bañistas y las tan coloridas sombrillas que hacen tapiz de las playas y en lo último que nos fijamos es en ese color relajante de la arena.

Los mazatlecos tenemos la dicha de tener como riqueza a las playas durante todo el año, pero es en “Semana Santa” cuando nos nace ese interés por acudir a hacer disfrute de ellas y formar parte del borlote de gente; es ya una tradición el caminar por la playa durante esas fechas y no encontrarte con la música de banda o los famosos “chirrines” que están ofreciendo sus servicios, y como ellos durante  la caminata te encuentras con cientos de comerciantes a los cuales es casi imposible decirles que no y que con un regateo terminas comprándoles el producto. El sol, la playa, la música, los bikinis y el alcohol son elementos que no pueden faltar.
Por la noche
La circulación por la avenida del mar (Malecón), avenida Rafael Buelna y zona dorada pasan al reviente total por la gran cantidad de automovilistas, tal parece ser que  en estas fechas, Mazatlán, por las noches vive un desfile de lujosos carros, el objetivo es demostrar quién trae el mejor automóvil o camioneta, en caravanas es cómo se hace la demostración de ello, y ni que decir de la semana internacional de la moto, que apreciamos caravanas de lujosas motocicletas.

Los bailes improvisados por la noche de jueves, viernes, sábado y domingo de la semana mayor, en las acentuaciones anteriormente mencionadas e inclusive hasta en camionetas avanzando, forman parte de estas festividades;
Sin duda alguna, se ha olvidado el verdadero sentido de la semana santa, y si bien, es un periodo vacacional, donde considero, debe de tratarse, de pasar ese lapso de tiempo en compañía de la familia, tratar de compartir momentos amenos que quizás durante otros meses del año,  no se cuenta con el tiempo suficiente y quizás con los recursos suficientes para poder disfrutar; cada persona de acuerdo a su religión le da la debida importancia a “Semana Santa”, pero también debemos de darle importancia a no hacer abuso excesivo del alcohol, de no “despilfarrar” dinero que se batalla arduamente para conseguir y sobre todo, si somos mazatlecos hacernos consumo durante todo el año y no solamente durante estos 15 días, debemos disfrutar de las maravillosas playas que nos ofrece nuestro Mazatlán, cuidarlas y valorarlas durante todo el año.

lunes, 19 de marzo de 2012

Estereotipos, estereotipos...

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Vía: http://laputarealidad.org/

Cuando sea grande quiero ser buchón

Quisiera ser buchón, así tendría mucho dinero (o en su defecto, lo aparentaría), estudiaría en algún lugar para buchones como el TEC, podría asistir a antros como el extinto “Antares” y degustar de su exquisita música; tendría megacable digital, troca, moto, mota, pisto y pizza.



     Quisiera ser buchón porque nunca les falta el dinero, porque saben bailar, porque soportan escuchar banda, reggaetón y corridos, y porque a pesar de que están bien estúpidos, todos los respetan. Porque los buchones son la élite social del momento y porque pueden decir mamada y media sin que nadie se asuste. Porque hacen sus partys y la patrulla nunca les cae aunque estén teniendo sexo en la calle.

     Quisiera ser buchón porque a ellos no les dice nada la policía si andan a las tres de la madrugada caminando por la calle haciendo desmadre, medio pedos y drogados.

     Los buchones rulz, los buchones pueden. Si fuera buchón no me preocuparía por nada, porque los buchones tienen todo sin dar nada a cambio, mientras uno que camina inocentemente bueno y sano se la hacen de pedo y hasta le preguntan que si estaba bueno el churro.

     Si, cuando sea grande definitivamente quiero ser buchón.



Querido lector, el por qué de esta entrada se la pueden responder, seguramente de una forma muy amable, mis vecinos, quienes decidieron que el sueño nocturno de los demás, es algo sobrevalorado.

martes, 13 de marzo de 2012

Toda una mañana en el IMSS

“Es fácil tomar decisiones cuando las reglas no se aplican a uno. Ningún miembro del gobierno tiene que preocuparse por su atención medica”.
(Charles Von Ravenswaay)
5:00 am suena el despertador, ¡arriba, ya es hora!, me dice mi abuelo Socorro,  quien a sus 84 años sigue conservando un espíritu y una energía que muchos jóvenes incluyéndome, quisiéramos tener. Bajo los efectos de un delicioso café, nos dispusimos marcharnos rumbo al IMSS (Dr. Héctor Gonzales Guevara). Desde el primer momento en que pones un pie dentro de ese nosocomio, se puede apreciar y por consecuente predisponer, que tan concurridas estarán las instalaciones y solicitados estarán los servicios por ese día en el IMSS, y más cuando cometes el error de ir en  lunes, que es unos de los días en que mayor afluencia de usuarios hay.
Para nuestra mala suerte, llegamos tarde, 6:00 am. La cantidad de pacientes para el consultorio al que nos dirigíamos ya rebasaba los límites, 10 pacientes por día, y en ese momento eran 12 pacientes incluyendo al abuelo. El vigilante de esa área nos dio acceso para poder entrar a los respectivos consultorios, apoyándose de mi brazo y con un ánimo sorprendente, Socorro, se dispone a tomar asiento para permanecer por dos horas en espera de la asistente del médico y que ella nos confirmara si nos atenderían o deberíamos presentarnos en otra ocasión, debido a la gran cantidad de pacientes que nos encontrábamos presentes; dos largas horas que parecían eternas, pero entre platicas y puntos de vista de los derechohabientes se vuelven amenas, es tanto el tiempo de espera que terminas por empatizar e incluso hasta amistades surgen en ese espacio. Las temáticas  de mayor interés que surgen en ese lapso de tiempo e inclusive hasta genera debates, es el mal servicio que se brinda en esa institución, a qué me refiero con mal servicio, por mencionar: a las enormes filas que tienen que hacer los derechohabientes para recibir su medicamento debido a la falta de personal que hay en el área de farmacia, la falta de interés por parte de algunos médicos al momento de la realización de la consulta, el lento servicio que caracteriza al área de urgencias, las instalaciones consideradas como insalubres en lo que respecta a los baños por la falta de aseo e higiene, entre muchas otras quejas y malos anécdotas que salieron a relucir en la charla.
A falta de sillas, ¡escaleras!

Con un rostro de asombro por la gran cantidad de pacientes que había en día lunes, aflojerada y aun con sueño, por fin llegó la asistente del médico, diciendo que ella nos recomendaba que acudiéramos a consulta en otra ocasión con previa cita por que por ese día ya no había cupo para nosotros; no puedo negar que el coraje y la impotencia me embargó y pensé ¡paciencia y tolerancia! son algunos de los muchos valores que se tienen que poner en práctica como usuarios del IMSS para lograr no perder los estribos. Pero no todo fue tan malo como parece, por esa ocasión, tuvimos suerte el abuelo y yo, un joven se solidarizó con nosotros, cediendo su turno al abuelo, quedando con el joven muy agradecidos por el acto de solidaridad que tuvo hacia nosotros.
10:30 am, la hora había llegado, es el momento del turno de Socorro, exactamente 10 minutos permaneció en consulta, en tan sólo 10 minutos le recetaron buena cantidad de medicamentos. Es sorprendente como en tan poco tiempo logran hacer una revisión general del paciente, diagnosticar y recetar, esto forma parte de las maravillas del IMSS, todo el procedimiento esta mecanizado para que sea el paciente atendido a la mayor brevedad posible y así el paciente que sigue y el que sigue.
El terrible momento había llegado, todos los usuarios le temen a lo mismo, la hora de la entrega del medicamento. La farmacia de la planta baja del IMSS cuenta exactamente con tres personas quienes son los responsables de abastecer a la gran cantidad de pacientes que esperan impacientes por su medicina. Por más de una hora y media permanecimos el abuelo y yo haciendo una larga fila. La metodología que implemente la institución son dos filas, una fila para los pacientes regulares y la otra para los pacientes de la tercera edad, ¿quizás se puedan imaginar que fuimos participes de la segunda opción verdad? Pues no fue así, ya que la fila para adultos mayores se deformó por que la persona que es la encargada de surtir esa fila, tuvo que salir “de emergencia” a desayunar y mientras tanto las personas que nos encontrábamos en ella, tuvimos que hacer una sola fila. Las piernas nos punzaban y con mayor razón a los ancianos y sin embargo teníamos que permanecer ahí, presentes, al pie del cañón, en espera de las medicinas, que sin ellas, no tendría razón alguna el haber acudido a la consulta.
Y esto es todos los días...

Uno de los motivos por el cual están molestos los usuarios del nosocomio no es por el hecho de tener que hacer filas, es inevitable poder evitar este proceso, es parte de, hasta en las tortillas hacemos largas filas mencionan, la inconformidad es como una institución tan concurrida por los mazatlecos tiene solo a tres personas en el área de farmacia para que ellos abastezcan del medicamento. “Están faltos de personal, que contraten gente nueva, por eso pagamos seguro” son algunos de los tantos comentarios que se escuchan mientras la espera continuaba.
A través de este medio, me atrevo a hacerle la invitación al señor Armando Félix Ortiz quien es director de esa institución a darle el oportuno enfoque y tomarle la debida importancia a esta problemática y carestía de buen servicio, ya que en declaraciones  pasadas a algunos medios de comunicación de la localidad, se ha comprometido en la mejoría del servicio brindado a los ciudadanos y esto aun no se ve reflejado en el área de la farmacia.

lunes, 12 de marzo de 2012

El amor en tiempos de tecnología

Han de saber queridos lectores (y si no lo saben, ahorita se los cuento) que hace casi un año, tuve la grandiosa suerte de poder cursar un semestre de mi carrera en la máxima casa de estudios del país, es decir, la UNAM. Junto con mi compañero y amigo Julio (al cual pueden visitar en su blog aquí, pasen y vean, ¡sin compromiso!) nos embarcamos en una aventura a las enormes y misteriosas tierras del Distrito Federal, donde más que estudiar (je) nos vimos convertidos en unos analistas del quehacer del mexicano capitalino (aunque quizá haya sido más por el hecho de ser dos tipos de provincia, he de admitir)
    
     En ese tiempo, además de aprender a vivir (forzosamente y a duras penas) por mi mismo, me di cuenta que lo peor de ser un estudiante que vive solo (en una ciudad muy grande) es que pasas muchas horas recorriendo largas distancias en metro, camiones urbanos y demás transportes públicos (Con solo decirles que mi casa a Ciudad Universitaria, estaba a más de  una hora y media). Y es en estos trayectos donde matas tus horas con elevada cantidad de música, libros de bolsillo, breves instantes de sueño y para los más observadores, una buena dosis de realidad.

     Del por qué esta larga y por demás tediosa introducción, les revelo en este momento. No desesperen.


     Les explicaré la historia de Dante y Amelie (por ponerles nombres). El reloj marca las 15:30 cuando Dante y Amelie suben al metrobus, van tomados de la mano. Se sientan juntos, muy juntos, en asientos contiguos, y por un brevísimo tiempo se miran con complicidad. Acto seguido Dante saca su iPhone, lo mismo hace Amelie, y las miradas de complicidad desaparecen, es más, desaparecen todo tipo de miradas puesto que en los 37 minutos siguientes la pareja no despegará la vista de sus 3.5 pulgadas de tecnología táctil. Personalmente aun tengo archivada en mi memoria la visión de aquel gigante marca Motorola que mi padre tuvo en su posesión, de "tamaño familiar", extra grande, ultra resistente y de paso repelente anti-usos, pues a ver quién era el valiente que se atrevía a meterse el cacharro ese en el bolsillo.
    
   Si señores, por mucho que parezca una eternidad corría el año 1990 cuando la industria telefónica nos sorprendía con tales innovaciones y hoy, tan sólo 22 años después, me gustaría saber cuántos Dantes y Amelies hay en el mundo, y más en nuestro bello país. Cambió el milenio y con ello no sólo cambiaron las modas, la mentalidad y los aparatos, sino también las costumbres. Parece que ahora ya no se pide el número cuando pretendes ligar en un antro, es más factible el Facebook; tampoco se tienen verdaderas primeras citas puesto que previamente ya hemos tomado mil cafés virtuales con chats; las llamadas de teléfono no se ignoran, antes ya nos pusimos como "no disponible".

     Las tecnologías nos absorben, acaparan nuestra atención en un mundo globalizado y cada vez más conectado a tiempo real. Aparecen conceptos nuevos como Twitter o novio-virtual, e incluso hay quien se atreve con las ciber-relaciones, que supongo no han de ser tan malas, al menos no tienen que pelearse por quién paga al salir a cenar. ¿Dónde quedaron esos rubores que veía la persona en lugar de una pantalla? La primera preocupación de las chicas ya no es "¿qué me pongo’" sino "a ver cuánto tarda en abrirme la ventanilla de la computadora"
     Viendo a Dante y Amelie mi mente me decía, si una pareja prefiere checar su perfil antes de conversar cara a cara, ¿realmente las tecnologías nos acercan o bien están alejándonos? No pude evitar preguntarme, ¿cuándo sería que decidimos cambiar las miradas por los emoticonos?

Ciber-estudiantes

“Ni la escuela puede vivir de espaldas a los medios ni la sociedad abandonarse  alegremente en el placer pasivo de unos medios cada vez más seductores: la sociedad debe ser educada y la escuela debe ser reformada.
(José María Perceval, Los cinco retos del siglo XXI para la TV y el Cine educativos: la TV a la carta, el espectador responsable, la interactividad, la formación continua, y la TV a través de Internet.)

Renovarse o morir, es ese el lema que actualmente la educación en México debería usar de cabecera.
     Vivimos en una era mediatizada, controlada y alienada. Las tecnologías son tan importantes en nuestras vidas como lo es el agua para nuestro sistema ¿y cómo no ser así? Si éstas nos han acercado a cosas que posiblemente 50 años atrás jamás hubiésemos imaginado: hablar en vivo con algún familiar en otro continente, estar al tanto de las noticias globales al alcance de un solo clic, bases infinitas de información de todo tipo, chats, videoconferencias, estudios a distancia, etc.
     Las tecnologías nos han brindado un sin fin de placeres en todos los aspectos de nuestra vida diaria, y la educación es uno de ellos. Muchísimos países alrededor del globo cada vez más intentan asociar estas nuevas herramientas para formar nuevos educandos modernizados con un alcance infinito y México, por supuesto, no ha sido la excepción.
     En nuestro país han existido diversas iniciativas para acercar la tecnología a las aulas y modernizar los sistemas de enseñanza a partir de mejores canales e interfaces que ayuden para transferir y asimilar conocimiento. Entre esos proyectos, uno de los más conocidos es Enciclomedia, un programa educativo en toda la extensión de la palabra, que introduce formalmente la tecnología digital a las aulas para mejores prácticas educativas entre profesor y alumno.

Computadoras, pizarrones interactivos, proyectores y materiales digitalizados suenan increíble, pero ¿qué ha pasado? Esta clase de estrategias se han topado con la barrera del contexto de uso de las escuelas del país.
     En un salón normal de clases, tenemos un promedio de cuarenta alumnos, que según dependiendo del grado escolar en que nos coloquemos, unos son más relajientos y escandalosos que otros, entonces ¿cómo esperamos que cuarenta mentes puedan aprender y gozar los beneficios de las tecnologías si los mismos profesores no están si quiera a la altura de usarlas? Para muchos de ellos es la primera vez que tienen contacto con una computadora y ahora se les pide que basen sus clases en ello.
       Quizá el reto más grande que enfrentan las tecnologías frente a la educación, no es que llegue a las nuevas generaciones, porque es bien sabido que éstos han nacido en estos tiempos mediatizados donde la internet pareciera ser que es la que gobierna nuestras mentes, sino que las antiguas generaciones son los que deben aprender a dominarlas, porque son ellos los que a pesar de todo, siguen y seguirán conduciendo la educación de este país.
     Sin embargo, habiendo dicho todo esto hay algo aún que ronda por mi cabeza ¿Realmente lo que necesitan los alumnos y profesores son computadoras? ¿No será que hoy en día todo se quiere solucionar en base a ellas y la tecnología digital? En algunos casos es evidente que sí, pero pensando en la educación primaria de un niño ¿qué será más valioso?
     Si me preguntan a mí, lo que más recuerdo de mi primaria era el famoso recreo.